- Jun, 06/2018
Para el Negro Jofre, por quien tengo gran respeto por sus opiniones que prestigian mi muro de facebook, y quien hoy se estará bañando en champán para ahorrar agua....
Como habrán
advertido quienes entraron hoy al diario, hoy inauguramos nueva pestaña
denominada “espacio de opinión”. Pues
si bien no somos un diario común con noticias de coyuntura, los argentinos que
vivimos aquí no somos híbridos centro/izquierda/derecho/moderados. Por tal
motivo, fusionamos (o eso tratamos) las pestañas cartelera e información in/útil,
para dar paso a este nuevo espacio, al cual trasladamos opiniones de los
argentinos que se animan a expresarse.
Por cierto,
nuestra asociación se identifica con el respeto a la libertad de expresión, lo
cual incluye como único límite la censura a la intolerancia, a la
discriminación y al ataque a la diversidad de pensamiento o forma de vida.
Y tras esta
introducción me largo de lleno con una crítica constructiva para este gobierno
trayendo a colación dos simples hechos que denotan que, llevado un tiempo en el
poder, van perdiendo contacto con la gente dice o piensa, para reemplazarlo por
lo que los gobernantes consideran que deberían decir o pensar.
El ministro
de trabajo Triaca registra a su mucama como empleada del Ministerio. Casi un
pecadillo de juventud. Total, comparado con lo que puede robar, o con lo que
otros robaron resulta una nimiedad. Y salen a hablar públicamente Peña y Bullrich,
diciendo que es un error y que habiéndola cesado, se lo debe perdonar. Asunto
terminado, error reparado, aquí no pasó nada. (que lo descubrieran para que se
arrepienta no tuvo nada que ver). A Díaz Gilligan le “descubren” un palo en una
cuenta off shore que ni él sabía que tenía. A este decidieron no escucharlo, juzgarlo,
apartarlo antes de que se pueda escuchar qué tiene que decir en su defensa, no
vaya a ser que ese palito fuera de otro. “Fallar es humano. Juzgar es divino”.
¡Qué puedo
decir! Lo único que se me ocurre es que no sólo hay que parecer decente… No
digo que yo sea la Virgen María, pero yo no estoy ahí. Me gustaría un gobierno
diferente, alguien que diga que no roba y además que no robe, alguien que diga
que le importa la gente y además que sea sensible. Yo tenía esperanzas de que
alguien capacitado nos llevara por el buen camino, no que fuera capaz de
cualquier cosa.
Al parecer quien
se encarga de subir las tarifas como el único camino no está tan seguro de su
discurso, pues va a repatriar su dinero cuando el país le parezca confiable. Al
final es siempre lo mismo. Los errores propios vienen con attachement de
justificación, los ajenos son intencionales y de mala leche. Basta de culpar al
populismo, pues popular no es una mala palabra. Hagámonos todos cargo de lo que
nos toca. Respetemos al prójimo y a la ley. Todos, sin excepciones.
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