¿Lo tenías a éste? ….. Agendátelo… Yo quisiera conocer más a Gonzalo, y más Gonzalos en mi vida.

Como habitualmente me sucede, cuando finalmente me siento a tratar de presentarles a una persona, me avergüenza el sólo hecho de intentar encasillarlo de acuerdo a mis percepciones, o a la selección discrecional unos cuantos hechos que componen un par de párrafos. Sería mucho más fiel a la realidad si la contara el propio autor, o mucho más fácil si se tratara de sólo de hilar datos de un desconocido haciendo de ellos una biografía potable.

Cometí el error de pedirle a Gonzalo que me pase algunos datos de su vida para contarles, cuando ellos sólo revelan algunas circunstancias que después se las enumero para goce de los fanáticos de las estadísticas. Cualquiera que haya llegado a viejo viene arrastrando una cadena de aciertos y equivocaciones que podrá vender a algún coleccionista o alguien falto de creatividad con deseos de reinventarse por algunos centavos. Disculpen mi egoísmo, pero sólo les voy a contar lo que considero importante: ese detalle.

Todos sabemos que nadie puede tildar de inocente a quien a vivido y sobrevivido Argentina. ¿Quién puede culpar a un argentino por ser naturalmente desconfiado? Nos une una timidez cómplice, por habernos quemado con leche, y si bien nos hemos comido muchos más sapos que asados, a pesar de todo, hacemos nuestro camino con dignidad, más dispuestos siempre a bancarnos una desazón que a renunciar a nuestra personalidad.

A Gon lo ví un día en el truco y me cambió la pantalla del celular de onda. Como es habitual en un rompedor serial, volví a romper pantalla una semana después. Nos encontramos casualmente. Se dio cuenta que tenía la pantalla del celular rota y le comenté que la usaba así por cábala. Advirtió la verdadera razón, me compró una al costo en Amazón. Me preguntó si nos podíamos ver, y se acercó a cambiármela un día mientras yo disfrutaba mi shrimp friedrice sin siquiera haber podido invitarle a comer.

Gonzalo es un buen tipo, siempre optimista, siempre sonriente, bien argentino. Hoy me lo trataba de imaginar para escribir su historia. Quería sentir como él para poder describirlo. Pensé en el dolor de haber perdido a la madre, y en las demás pérdidas que al lado de esa resultan nimiedades, y noté que Gonzalo sólo se agacha para flexionar las rodillas y saltar con más envión. Y pensé en un tipo que me pasaba algunos datos de su historia sólo para complacerme.

Estimados, ese detalle para mí desnudó el alma de quien es mucho más de lo que lleva puesto. Su constante buen humor, y buena actitud no son una coraza. Ojalá todos afrontásemos la vida como Gon.

 

Ficha técnica:

Gonzalo Gilardoni Padilla: 33 años, doble apellido porque su vieja siempre está presente en él.

Personalidad: Un tipo rebuscado, amable, que le encanta ayudar a todos, incluso hasta cuando él no tiene un cobre.

Autodidacta: Interrumpió su educación cuando ingresó a un colegio técnico 5 años y luego a uno mixto bachiller hasta el 2002. Cuando su viejo perdió todo y se fui a vivir a México abandonado la escuela, la retomó graduándose con honores en la universidad de la calle.

Autoestima: Alta. Hizo de todo en su vida, laburó desde los 12 años cuando repartía el diario del domingo a las 4am en los edificios de la ciudad de la furia, y al mediodía vendía sentado en una panadería. Trabajó en bares, boliches, restaurantes, repartiendo lavandina, paseando perros, lavando autos, haciendo jardinería, en fin lo que resultara posible para ganarse esos mangos y todo lo demás que literalmente volaron con el huracán Wilma, con excepción de su sueños y convicciones. Cambió tierras de ventosidades por Buenos Aires, hizo un paso fugaz por un call center, tomó vuelo haciéndole los números para latinoamérica al mismísimo Microsoft, y aterrizó nuevamente en la calle al cerrarse las importaciones en nuestro país gracias al huracán Cristina, cuando se estaba abriendo camino en su propio negocio de distribuidor informático. A una de las bandejas del restobar que manejaba promediando el 2016  llegó un mail invitándolo a probar fortuna en Canadá.

Futbol: También alto: inferiores en River, Defensa, Platense, Almagro. Dirigió el babi futbol formando jugadores como Mateo Musacchio entre otros hasta q se lo llevo River (a los otros hubo que reformarlos). Entre sus amigos que llegaron (los que no fueron al reformatorio) se cuentan Prosperi, Lamela, Ortigoza, Musacchio, Fazio, Higuain)

Animo: Por las nubes. Este muchacho se anima a todo: cocina, baila, canta, arregla de todo, (y lo que no, lo arregla igual, hasta no hacerlo, no para)

Barrio: Martínez.

Cuadro: Era de River pero en el 96 se hizo de Velez porque se lo había prometido a mi abuelo (Justo en el 96 cuando River ganó todo). Fanatico mal de Maradona

Corrección: De fútbol no agarra un fulbo.

Membresías: Por supuesto, como no podía ser de otra forma, es miembro de la Asociación de Argentinos más cotizada, Arriba El Mate Foundation.

COMENTARIOS

Adriana:
Un tipazo!
21/05/2018 22:57

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