- May, 19/2018
¿Lo tenías a éste? ….. Agendátelo… Yo quisiera conocer más a Gonzalo, y más Gonzalos en mi vida.
Como
habitualmente me sucede, cuando finalmente me siento a tratar de presentarles a
una persona, me avergüenza el sólo hecho de intentar encasillarlo de acuerdo a
mis percepciones, o a la selección discrecional unos cuantos hechos que
componen un par de párrafos. Sería mucho más fiel a la realidad si la contara
el propio autor, o mucho más fácil si se tratara de sólo de hilar datos de un
desconocido haciendo de ellos una biografía potable.
Cometí el
error de pedirle a Gonzalo que me pase algunos datos de su vida para contarles,
cuando ellos sólo revelan algunas circunstancias que después se las enumero
para goce de los fanáticos de las estadísticas. Cualquiera que haya llegado a
viejo viene arrastrando una cadena de aciertos y equivocaciones que podrá
vender a algún coleccionista o alguien falto de creatividad con deseos de
reinventarse por algunos centavos. Disculpen mi egoísmo, pero sólo les voy a
contar lo que considero importante: ese detalle.
Todos
sabemos que nadie puede tildar de inocente a quien a vivido y sobrevivido
Argentina. ¿Quién puede culpar a un argentino por ser naturalmente desconfiado?
Nos une una timidez cómplice, por habernos quemado con leche, y si
bien nos hemos comido muchos más sapos que asados, a pesar de todo, hacemos
nuestro camino con dignidad, más dispuestos siempre a bancarnos una desazón que
a renunciar a nuestra personalidad.
A Gon lo ví
un día en el truco y me cambió la pantalla del celular de onda. Como es
habitual en un rompedor serial, volví a romper pantalla una semana después. Nos
encontramos casualmente. Se dio cuenta que tenía la pantalla del celular rota y
le comenté que la usaba así por cábala. Advirtió la verdadera razón, me compró
una al costo en Amazón. Me preguntó si nos podíamos ver, y se acercó a
cambiármela un día mientras yo disfrutaba mi shrimp friedrice sin siquiera haber podido invitarle a comer.
Gonzalo es
un buen tipo, siempre optimista, siempre sonriente, bien argentino. Hoy me lo
trataba de imaginar para escribir su historia. Quería sentir como él para poder
describirlo. Pensé en el dolor de haber perdido a la madre, y en las demás
pérdidas que al lado de esa resultan nimiedades, y noté que Gonzalo sólo se
agacha para flexionar las rodillas y saltar con más envión. Y pensé en un tipo
que me pasaba algunos datos de su historia sólo para complacerme.
Estimados, ese
detalle para mí desnudó el alma de quien es mucho más de lo que lleva puesto.
Su constante buen humor, y buena actitud no son una coraza. Ojalá todos
afrontásemos la vida como Gon.
Ficha técnica:
Gonzalo Gilardoni Padilla: 33 años, doble apellido porque su
vieja siempre está presente en él.
Personalidad: Un tipo rebuscado, amable, que le encanta
ayudar a todos, incluso hasta cuando él no tiene un cobre.
Autodidacta: Interrumpió su educación cuando ingresó a un
colegio técnico 5 años y luego a uno mixto bachiller hasta el 2002. Cuando su viejo perdió todo y se fui a vivir a México abandonado la escuela, la retomó
graduándose con honores en la universidad de la calle.
Autoestima: Alta. Hizo de todo en su vida, laburó desde
los 12 años cuando repartía el diario del domingo a las 4am en los edificios de
la ciudad de la furia, y al mediodía vendía sentado en una panadería. Trabajó
en bares, boliches, restaurantes, repartiendo lavandina, paseando perros, lavando
autos, haciendo jardinería, en fin lo que resultara posible para ganarse esos
mangos y todo lo demás que literalmente volaron con el huracán Wilma, con
excepción de su sueños y convicciones. Cambió tierras de ventosidades por
Buenos Aires, hizo un paso fugaz por un call center, tomó vuelo haciéndole los
números para latinoamérica al mismísimo Microsoft, y aterrizó nuevamente en la
calle al cerrarse las importaciones en nuestro país gracias al huracán
Cristina, cuando se estaba abriendo camino en su propio negocio de distribuidor
informático. A una de las bandejas del restobar que manejaba promediando el
2016 llegó un mail invitándolo a probar
fortuna en Canadá.
Futbol: También alto: inferiores en River, Defensa, Platense,
Almagro. Dirigió el babi futbol formando jugadores como Mateo Musacchio entre
otros hasta q se lo llevo River (a los otros hubo que reformarlos). Entre sus amigos que llegaron (los que no fueron al reformatorio) se cuentan Prosperi, Lamela,
Ortigoza, Musacchio, Fazio, Higuain)
Animo: Por las nubes. Este muchacho se anima a todo:
cocina, baila, canta, arregla de todo, (y lo que no, lo arregla igual, hasta no
hacerlo, no para)
Barrio: Martínez.
Cuadro: Era de River pero en el 96 se hizo de Velez porque
se lo había prometido a mi abuelo (Justo en el 96 cuando River ganó todo). Fanatico
mal de Maradona
Corrección: De fútbol no agarra un fulbo.
COMENTARIOS
Un tipazo!
21/05/2018 22:57
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