- Jan, 07/2018
Devolvámosle el significado al momento y no lo arrutinemos con matrimonios preestablecidos. Disfrutemos un buen vino sin analizarlo y separar sus ingredientes. No existe un set de reglas que se le apliquen al gusto personal
A pesar de ser una de las palabras incorporadas este milenio a la palabroteca de la gente cool, el término a mí me resulta un poco anacrónico, y por qué no, sexista, en un contexto en el cual el vino sería el macho y las comidas y quesos entrarían en la categoría del “mujeraje”. Pero además me resulta un poco dictatorial que un vino deba casarse según los designios de determinado somellier quien en general está a su vez comprometido con deter-mimadas marcas.
En lo personal creo que la combinación perfecta debe provenir del paladar de quien lo bebe, quien además de elegir la pareja culinaria, le sumará una compañía real y también unos acordes. Disfrutá el momento, y vas a disfrutar el vino!
Devolvámosle el significado al momento y no lo arrutinemos con matrimonios preestablecidos. Disfrutemos un buen vino sin analizarlo y separar sus ingredientes. No es patrimonio de cierto género o especie, ni existe un set de reglas que se le apliquen al gusto personal.
Dependiendo del momento un vino te producirá sobrecalentamientos o te dejará helado, convertirá a un tímido en poeta, o dejará mudo a un payador. Y alegrará reuniones sin respetar edades, sexo, posición económica o estado civil. Una buena combinación de vino y comida no se comercializa en ningún mercado pero se encuentra….
Y si las circunstancias hacen que debas “maridar” el momento con agua, te paso un tema para que disfrutes “resistiendo”.
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