- Jan, 01/2018
Arriba el Mate argentinos! Aprendamos de Lucila
Lucila
Munaretto partió de su Oberá natal a temprana edad rumbo a Brasil con una beca de
la Escuela del Teatro Bolshoi para perfeccionar sus primeros pasos de ballet. Gracias
a su talento y dedicación, en el país vecino se hizo acreedora de una beca del
Ballet Coastal City de Vancouver, que le abriría las puertas a la concreción de
su tan ansiado sueño de ganarse la vida como bailarina profesional. Pero sus
expectativas se vieron frustradas en forma abrupta con un accidente que le
cambiaría la vida, y que ciertamente importaría un llamado a la unión para los
argentinos abandonados a su suerte en aquellas latitudes canadienses. Hace dos
años, mientras patinaba bajo el sol de agosto, un descuido determinó que una
camioneta se la llevara por delante en una intersección, la dejara dos semanas
en coma y con daños irreparables. Pero lejos de recaer en sollozos sintiendo
lástima por el final del camino elegido, propio de los seres humanos con una
voluntad no tan firme, la actitud de esta incansable luchadora de apenas 21
años fue un ejemplo, y resultó un cimbronazo para muchos de nosotros que nos
llenamos de nostalgias en lugar de superar los escollos aprovechando lo que la
vida nos da a cada paso. Lucila hizo todo por volver a bailar arremetiendo
contra los más optimistas pronósticos que le auguraban volver a caminar en
algún futuro. Pero desde el momento en que Lucila advirtió que sus nuevas
limitaciones motrices le permitirían bailar sólo como un hobbie relajador, decidió
que en esta encrucijada la vida no la iba a atropellar y realizó un giro
oportuno para aprovechar sus talentos y voluntad arrolladora en una actividad
acorde a sus nuevas capacidades. Así la joven bailarina decidió dedicarse a
cocinar, y acto seguido desempolvó las recetas de la abuela, como así también
se inscribió en la carrera de gastronomía y restaurant management. Y también
decidió que buscaría a los argentinos viviendo en su ciudad, y nos compartió su dulzura.
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