De futbol y otras tintas, tintes y tintos.

Amigos, ya tengo carnet de inmigrante, seguro de salud y driver´s license, y no me falta credencial alguna para ser uno más….you wish! (traducción: las bolas)

No soy políticamente correcto. Y si bien es un desafío en este mundo de preconceptos y marketing, voy a intentar demostrarles que prefiero seguir así para no perder la brújula y poder diferenciar lo correcto de lo incorrecto, sin aditamentos ni connotaciones.

 

Yo nunca esclavicé a nadie, y en mi idioma al pan lo llamamos pan, y al color negro no le decimos moreno, ni morocho, y si no prueben ir a la panadería y pidan pan moreno.

Como les adelanté me junto a jugar al fútbol martes y jueves en el parque (sí, cáguense de risa, a las 6 de la tarde…DESPUES del trabajo) donde juego con latinos, iraníes, el alemán y el otro día se sumó un africano, de un color carboncito oscuro. Imagínense que es un grupo abierto, y que más allá de uno o dos nombres de los habituales que nos acordamos, nos llamamos por lo que nos caracteriza: Messí, por la remera, pelado, por el peinado, rubio imagínenese a quien, y….ahí viene el problema.

 

Resulta que si bien la mayoría es latina, estamos todos adiestrados, pero el problema es que este tipo alto, no era el único, tenía una camiseta azul…como tantos otros, y si tenía un nombre, no era fácil y lindo, como mi primo de Nigeria que nos hizo dos golazos.

El tema es que nadie le pasaba la pelota, porque no se desmarcaba y no era tan bueno como mi primo, y porque nadie se animaba a gritar pásensela al Negro que era la forma más fácil de identificarlo. El Negro se puso más áspero porque no recibía una bola y atropellaba para hacerse de la redonda. Yo estaba jugando de marcador del equipo contrario por eso no tenía problema aunque lo veía…hasta que me pisó mal.

 

Lo quería insultar pero no quería ser racista ni presentarme antes. Lo primero que se me ocurrió en la calentura fue Negro culiado, pero callé, tampoco le iba a decir moreno y la puta que te parió, ya que jugaba otro argentino y temía que leyera a Pigna o fuera del gobierno progresista y me acusara de vendepatria, fascista o golpista. Me terminé mordiendo la lengua.

Al ratito vino un centro, saltamos juntos, me empujó…lo terminé mordiendo a él. Todo terminó como termina siempre el fútbol, bien, entre amigos, y riéndonos de la gran Suarez.

 

Imagínense al Moreno Astrada, Enrique o Cáceres….efectivamente, a mí me pasó lo mismo, al pasar a ser morenos perdieron la mitad de la fuerza.

 

Queda claro…la palabra NEGRO hay que erradicarla del diccionario por más que en tu lengua sea simplemente un color, y el Word me la debería subrayar y cambiar automáticamente de igual manera como me cambia cáguense de la expresión que usé más arriba.

 

Pero los canadienses son así, siempre listos para apuntar a los políticamente incorrectos y para portarse correctamente.

Es increíble que en cada partido del mundial siempre terminan sintiéndose mal por los que se van y no alegrándose por el que se queda, sea quien fuere el equipo.

Sin embargo se puede decir CHINO/S aunque no Chino pata sucia porque en un insulto, la nacionalidad pasa a ser racista. Y obvio, no podés generalizar: Es increíble la cara de sorprendidos que fingen cuando un chino los encierra en el auto “oh, qué casualidad, la otra vez que casi me mato, también se trataba de un conductor de origen asiático”. La verdad es que salvo excepciones, manejan como la mierda, y te atropellan en el super o para subir primero al tren. Son casi… argentinos.

 

Mi cuñado es el ejemplo perfecto de corrección: Va a las protestas contra todo los abusos, el verde, no el sentido de viejo verde, más bien en el sentido ambientalista y orgánico, es rojo socialista que es perfectamente aceptado, (no rojo irlandés), en fin de todos los colores en la acepción aceptada, excepto por supuesto negro. Sin embargo, cuando viene el weekend arrasa con lo que haya en la heladera aunque le ponga la etiqueta de Monsanto a cada producto.

 

El otro día no aguanté más tanto ejemplo de compostura y le largué el chiste del Negro que va a hacer la demostración de hombría. En la cancha demuestra cuántos polvos puede echarse. A las tres mujeres la hinchada canta “NEGRO CORAZON”, a las diez, “EL NEGRO Y PERON”, a las 15 le da un infarto, y la hichada canta “PUTO, PUTO…”

Casi le caen las quijadas: tres formas de discriminación un solo chiste cortito: sexismo, racismo, y homofobia. Tan preparados están para apuntar la incorrección política que no pueden entender que el chiste se refiere a los fanatismos de la hinchada, se trata de reírnos de nosotros mismos.



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