- Feb, 12/2018
De futbol y otras tintas, tintes y tintos.
Amigos, ya
tengo carnet de inmigrante, seguro de salud y driver´s license, y no me falta
credencial alguna para ser uno más….you wish! (traducción: las bolas)
No soy
políticamente correcto. Y si bien es un desafío en este mundo de preconceptos y
marketing, voy a intentar demostrarles que prefiero seguir así para no perder
la brújula y poder diferenciar lo correcto de lo incorrecto, sin aditamentos ni
connotaciones.
Yo nunca
esclavicé a nadie, y en mi idioma al pan lo llamamos pan, y al color negro no
le decimos moreno, ni morocho, y si no prueben ir a la panadería y pidan pan
moreno.
Como les
adelanté me junto a jugar al fútbol martes y jueves en el parque (sí, cáguense
de risa, a las 6 de la tarde…DESPUES del trabajo) donde juego con latinos, iraníes,
el alemán y el otro día se sumó un africano, de un color carboncito oscuro.
Imagínense que es un grupo abierto, y que más allá de uno o dos nombres de los
habituales que nos acordamos, nos llamamos por lo que nos caracteriza: Messí,
por la remera, pelado, por el peinado, rubio imagínenese a quien, y….ahí viene
el problema.
Resulta que
si bien la mayoría es latina, estamos todos adiestrados, pero el problema es
que este tipo alto, no era el único, tenía una camiseta azul…como tantos otros,
y si tenía un nombre, no era fácil y lindo, como mi primo de Nigeria que nos
hizo dos golazos.
El tema es
que nadie le pasaba la pelota, porque no se desmarcaba y no era tan bueno como
mi primo, y porque nadie se animaba a gritar pásensela al Negro que era la
forma más fácil de identificarlo. El Negro se puso más áspero porque no recibía
una bola y atropellaba para hacerse de la redonda. Yo estaba jugando de
marcador del equipo contrario por eso no tenía problema aunque lo veía…hasta
que me pisó mal.
Lo quería
insultar pero no quería ser racista ni presentarme antes. Lo primero que se me
ocurrió en la calentura fue Negro culiado, pero callé, tampoco le iba a decir
moreno y la puta que te parió, ya que jugaba otro argentino y temía que leyera
a Pigna o fuera del gobierno progresista y me acusara de vendepatria, fascista
o golpista. Me terminé mordiendo la lengua.
Al ratito
vino un centro, saltamos juntos, me empujó…lo terminé mordiendo a él. Todo
terminó como termina siempre el fútbol, bien, entre amigos, y riéndonos de la
gran Suarez.
Imagínense
al Moreno Astrada, Enrique o Cáceres….efectivamente, a mí me pasó lo mismo, al
pasar a ser morenos perdieron la mitad de la fuerza.
Queda
claro…la palabra NEGRO hay que erradicarla del diccionario por más que en tu
lengua sea simplemente un color, y el Word me la debería subrayar y cambiar
automáticamente de igual manera como me cambia cáguense de la expresión que usé
más arriba.
Pero los
canadienses son así, siempre listos para apuntar a los políticamente
incorrectos y para portarse correctamente.
Es increíble
que en cada partido del mundial siempre terminan sintiéndose mal por los que se
van y no alegrándose por el que se queda, sea quien fuere el equipo.
Sin embargo
se puede decir CHINO/S aunque no Chino pata sucia porque en un insulto, la
nacionalidad pasa a ser racista. Y obvio, no podés generalizar: Es increíble la
cara de sorprendidos que fingen cuando un chino los encierra en el auto “oh,
qué casualidad, la otra vez que casi me mato, también se trataba de un
conductor de origen asiático”. La verdad es que salvo excepciones, manejan como
la mierda, y te atropellan en el super o para subir primero al tren. Son casi…
argentinos.
Mi cuñado
es el ejemplo perfecto de corrección: Va a las protestas contra todo los
abusos, el verde, no el sentido de viejo verde, más bien en el sentido
ambientalista y orgánico, es rojo socialista que es perfectamente aceptado, (no
rojo irlandés), en fin de todos los colores en la acepción aceptada, excepto
por supuesto negro. Sin embargo, cuando viene el weekend arrasa con lo que haya
en la heladera aunque le ponga la etiqueta de Monsanto a cada producto.
El otro día
no aguanté más tanto ejemplo de compostura y le largué el chiste del Negro que
va a hacer la demostración de hombría. En la cancha demuestra cuántos polvos
puede echarse. A las tres mujeres la hinchada canta “NEGRO CORAZON”, a las
diez, “EL NEGRO Y PERON”, a las 15 le da un infarto, y la hichada canta “PUTO,
PUTO…”
Casi le
caen las quijadas: tres formas de discriminación un solo chiste cortito:
sexismo, racismo, y homofobia. Tan preparados están para apuntar la
incorrección política que no pueden entender que el chiste se refiere a los
fanatismos de la hinchada, se trata de reírnos de nosotros mismos.
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